Antes de formar ZZ Top, Billy Gibbons era parte de Moving Sidewalks, una banda de psicodelia que compartió gira con Jimi Hendrix. En una de esas presentaciones, Gibbons tomó una decisión arriesgada: tocar dos canciones de Hendrix antes de su propio show.
Según Rock Fm, el guitarrista recordó el momento en una entrevista con Rock & Roll High School. «El promotor nos está fastidiando mucho. Dice que nos obliga a tocar 40 minutos. Le dije: ‘La única forma de que toquemos 40 minutos es si incluimos Purple Haze y Foxy Lady‘. Dije: ‘¿Nos atrevemos a tocar esto delante de Jimi Hendrix?’ Pues queremos que nos paguen», confesó.
La reacción de Hendrix
El miedo a provocar la ira de Hendrix estaba presente. Sin embargo, cuando Billy Gibbons terminó su actuación, notó una figura en las sombras del escenario.
«Seguía fijándome en una figura solitaria que estaba de pie a un lado», relató. Cuando pasó junto a él, sintió una mano en su hombro. «Un tipo me agarró y estaba sonriendo. Me dijo: ‘Quería conocerte. Tienes mucho valor'».
Ese hombre era Jimi Hendrix. En lugar de molestarse, quedó impresionado con la audacia de Gibbons.
Una amistad inesperada
A partir de ese día, ambos músicos se hicieron amigos. Hendrix y Gibbons compartieron muchas experiencias en la gira, incluyendo largas sesiones de escucha en el hotel.
«Jimmy y yo compartíamos el largo pasillo del hotel, y yo siempre estaba enfrente. Su puerta estaba siempre abierta», recordó.
Uno de los momentos que más impactó a Gibbons fue cuando Hendrix lo llamó para escuchar un álbum. «Me decía: ‘Eh, tío, ven a ver esto’. Y nos sentamos con las piernas cruzadas, escuchando los altavoces», contó.
Hendrix le mostró el primer disco de The Jeff Beck Group, destacando la maestría de Jeff Beck en la guitarra.
Aquella noche, Gibbons no solo ganó la admiración de Hendrix, sino que también absorbió lecciones valiosas sobre la música y el rock.
