
En una nueva edición de Palabra Que Es Noticia, Andrea Moletto conversó con Jaime Escudero, alcalde de Pirque y presidente de la Asociación de Municipios Rurales, sobre el impacto de las fiestas clandestinas en zonas rurales.
Según el alcalde Escudero, en Chile el 86% de las comunas son rurales, pero en ellas vive menos del 30% de la población. Esta baja densidad y la extensión de los terrenos hacen que muchas de estas zonas sean propicias para la realización de fiestas clandestinas en lugares de difícil acceso. «Los after empiezan a las 4 o 5 de la mañana en terrenos cerrados, donde cuesta mucho llegar y donde no hay ningún tipo de regulación», señaló.
En estas fiestas clandestinas se han reportado robos entre los mismos asistentes. «Se hacen las mexicanas, entre ellos se roban y entonces empiezan los problemas. La manera de actuar de los delincuentes ha cambiado», comentó Escudero.
De fiestas de amigos a redes criminales
«Antes, estas fiestas muchas veces las hacían amigos, universitarios que cobraban, eventos clandestinos pero entre conocidos. Hoy día, al parecer, se están tomando grupos organizados. Imagínate si tú cobras 10 mil pesos por persona y entran miles de personas, la cantidad de dinero que generan es enorme», advirtió el alcalde.
Para combatir este problema, se firmó un convenio con Carabineros para realizar patrullajes mixtos. «Funcionarios municipales andan con Carabineros, lo que permite el doble de contingente en las calles», explicó el edil.
Mientras los centros de eventos legales cumplen con normativas, estas fiestas se organizan a través de redes sociales, sin autorización ni medidas de seguridad. «Muchos buscan lucrar de forma ilegal, afectando a quienes quieren hacer las cosas bien», afirmó Escudero.
Preocupación por la seguridad y el narcotráfico
La percepción de inseguridad crece en estas comunas. «La gente se siente insegura y es muy difícil manejar esa sensación que se propaga rápido», agregó.
Escudero hizo un llamado al control social, destacando que muchas denuncias provienen de vecinos atentos a estas situaciones. «Tenemos que seguir trabajando para frenar esto antes de que sea incontrolable», concluyó.
Finalmente, el alcalde advirtió que estas fiestas clandestinas no solo representan un problema de seguridad, sino que también se han convertido en un terreno propicio para el narcotráfico. «El narco se ha estado tratando de apoderarse despacio y hace estas fiestas que son muy lucrativas. Se cobra entrada y luego se vende alcohol y drogas sin ningún permiso», explicó.