
Antes de que Rage Against the Machine tuviera nombre, la banda tocó por primera vez en un parque industrial en el Valle. Un trabajador del lugar se acercó con curiosidad.
«¿Qué están haciendo?», preguntó. «Somos una banda», respondí. «¿Puedo escucharla?», dijo él. «No veo por qué no», recordó Tom Morello en el podcast The Magnificent Others de Billy Corgan.
Según Loudwire, el hombre se sentó y escuchó cinco canciones. Fue el primer oyente de la historia de la banda.
Una reacción inesperada
Al terminar, Tom Morello y los demás le preguntaron qué le había parecido la música. «Se puso de pie y dijo: ‘Tu música me da ganas de pelear’», relató.
Su postura, según Morello, era la de un «tejón de miel», reflejando la intensidad de la música. «Y nosotros pensamos: ‘Oh, bueno, eso es interesante’. Y, efectivamente, la gente ha querido pelear con esa música desde entonces», comentó.
El origen de la banda
Antes de Rage Against the Machine, Morello formaba parte de Lock Up. La banda firmó un contrato, pero su primer álbum fue un fracaso.
Morello vio cómo los miembros se alejaban hasta que solo él quedaba. Desilusionado con la industria y con la falta de control creativo, decidió empezar desde cero y enfocarse en una nueva dirección musical.
«Hice una promesa solemne de que nunca volvería a tocar una nota musical en la que no creyera», aseguró.
Reunió a Brad Wilk, llamó a Zack de la Rocha y comenzaron a ensayar. No había ambiciones comerciales ni intención de firmar con una discográfica.
«No había bandas en Los Ángeles con nuestra diversidad étnica, letras neomarxistas y riffs de Black Sabbath«, explicó Morello.
Un sonido único
La banda grabó un casete con 12 canciones antes de tocar en vivo. Su objetivo no era vender discos, sino hacer la música que querían.
Finalmente, encontraron su público y revolucionaron el rock. Lo demás es historia