
En 1990, Adrian Smith dejó su puesto como guitarrista de Iron Maiden. Para los fans, la decisión fue repentina. Durante años, se especuló sobre los verdaderos motivos.
Según Rock FM, el músico reveló qué lo llevó a alejarse de la banda. “Los años ochenta fueron muy intensos. Para todos”, explicó. “Tienes que ser fuerte mentalmente para salir ahí fuera y actuar cada noche. Y yo tenía algunos problemas. Muchas veces me encerraba en mí mismo. Pero a veces me volvía completamente loco”.

Presión, adicciones y aislamiento
Adrian Smith enfrentó dificultades personales mientras Iron Maiden vivía un gran momento. “Seguimos machacando”, recordó. “Es lo que hay que hacer. Y cada uno tiene sus propios problemas, pero te intentas mantener entero”.
El guitarrista comenzó a consumir alcohol y cocaína. Esto lo hizo sentir cada vez más aislado. “Había empezado a sentirme asfixiado en la banda”, dijo. “No sabía lo que quería hacer”.
La presión se volvió insostenible. “Me sentaron y me dijeron: ‘¿Te interesa seguir? Tienes que estar al cien por cien. Nos vamos de gira otros nueve meses’”, señaló.
La salida fue dolorosa. “No fue como si dijera: ‘Bien, dejo la banda’. Hubo mucha agonía. Y como dije antes, las cosas no siempre son blancas o negras”, explicó.
Durante un tiempo se sintió en paz con su decisión. “Me sentí un poco aliviado”, dijo. “Porque yo no era feliz. Todo el mundo lo sabía. Así que me compré una casa, me casé, tuve hijos…”, comentó.
El reencuentro y las lágrimas
En 1992, Steve Harris lo invitó a tocar como invitado en Donnington Park. Smith aceptó por sugerencia de su esposa. “Cuando llegué, estaba nervioso y empecé a beber whisky. Estaba al lado del escenario, viéndoles tocar todas las canciones que yo solía tocar. Exploté y me puse a llorar…”, expresó.
“Hasta ese momento, no había experimentado mucho arrepentimiento. Pero entonces me di cuenta. Había mucho de mi vida en esa banda”, concluyo Smith.