
Janick Gers no imaginaba que terminaría tocando en Iron Maiden. Ni mucho menos que seguiría allí incluso tras el regreso del guitarrista al que reemplazó.
Según Rock Fm, todo comenzó en 1990. Bruce Dickinson lo sorprendió con una petición inesperada.

“Apréndete algunos temas de Maiden”
Ambos tocaban juntos fuera de la banda. Gers recuerda: “Bruce me dijo: ‘Apréndete algunos temas de Maiden’. Yo le contesté: ‘Pensé que no íbamos a hacer cosas de Maiden en esta gira’”. La respuesta del vocalista lo dejó sin palabras: “Adrian va a dejar la banda”, afirmó.
Gers no tenía la intención de entrar al grupo. “Nunca se me ocurrió que alguien dejara esa banda”. Pero lo probaron. Y la conexión fue inmediata.
“No toqué el equipo de Adrian”, dijo. Luego, todo cambió. “Primero hicimos ‘The Trooper’. Y me entró un subidón de adrenalina. Me temblaban las manos”. Después de tocar más canciones, le dieron la bienvenida: “¡Estás dentro!”.
“Sentí que me había dejado solo”
Tres años después, Bruce Dickinson abandonó la banda. Para Gers, fue un golpe inesperado. “Sentí que me había dejado solo”, admitió.
Llegó Blaze Bayley como nuevo vocalista. Pero los tiempos no fueron fáciles. Gers lo reconoce: “Se lo pusimos difícil a Blaze. Le hicimos cantar ‘Run To The Hills‘, ‘The Evil That Men Do‘… canciones que no estaban en su rango vocal”.
“Me voy”
En 1999, Bruce Dickinson y Adrian Smith regresaron. Gers pensó que lo echarían. Se adelantó: “Mi actitud fue: ‘Me voy. Si recuperáis a Adrian, será como antes’”.
Pero Steve Harris tenía otra idea. Le dijo: “Si Adrian vuelve y tú te vas, es como si fuéramos hacia atrás. Pero si tenemos tres guitarristas, lo llevaremos a otro lugar”, explicó.
Y así fue. Janick Gers no solo se quedó. Se convirtió en parte clave del sonido de Iron Maiden hasta hoy.