Lars Ulrich sabe bien de dónde viene. En una entrevista con Apple Music 1, el baterista de Metallica reflexionó sobre la conexión entre las bandas y sus seguidores, algo que marcó su vida desde la infancia.
“Volviendo a mi infancia en Copenhague, Dinamarca, solía ir a conciertos de rock, empecé a ir a conciertos de rock cuando era muy joven. Mi padre me llevó a ver a Deep Purple cuando tenía 10 años, en algún momento de los años 70”, recordó.
Según Rock Fm, contó que se acercaba a los hoteles donde se alojaban las bandas. “Yo me plantaba fuera del Plaza Hotel y esperaba a Ritchie Blackmore y David Coverdale, y también a bandas como Thin Lizzy, Kiss y cualquier otra que pasara por allí, como Black Sabbath”.
Puertas abiertas
Para Ulrich, esa necesidad de cercanía fue determinante en el origen de Metallica. “Cuando formamos una banda, las bandas que nos inspiraron eran también aquellas que mostraban más transparencia y tenían las puertas más abiertas”.
En esa línea, destacó el impacto del punk. “Muchas de las bandas que influyeron directamente en el sonido y la actitud de Metallica tenían esa estética punk, esa actitud tipo ‘hazlo tú mismo’. Pero todas esas bandas tenían esa puerta —llamémosla la puerta de la transparencia— completamente abierta. Era un ‘adelante, entra’. Sé parte de lo que es”, comentó.
El propósito que permanece
Esa filosofía sigue vigente. “Solo queríamos estar en el mismo nivel que cualquier persona interesada en escuchar la música y ser parte del viaje”, explicó.
Recordó cómo el movimiento punk surgió para derribar la distancia entre artista y audiencia. “Las bandas eran estas figuras elevadas y los fans estaban abajo. El movimiento punk trataba de derribar eso”.
Para Lars Ulrich, ese sigue siendo el corazón de Metallica. “Intentar mantenernos al mismo nivel, eliminar cualquier cosa que separe a las bandas de los fans… eso sigue siendo lo que nos motiva a levantarnos de la cama cada día”, concluyó.
