Cuando pensamos en los 90, resalta de inmediato el lugar de Los Tres en el rock chileno y su peso en la escena del rock hecho en Latinoamérica. Gracias a la difusión en MTV Latino, su alcance logró niveles insospechados. Y estalló con todo con «La Espada & la Pared», lanzado el 17 de marzo de 1995.
El tercer álbum de estudio de la banda de Álvaro Henríquez, Roberto «Titae» Lindl, Ángel Parra y Francisco Molina da cuenta de quizás el mejor momento de una de las bandas más importantes en el rock nacional. Nacida en Concepción, son la semilla de esa escena penquista que ha ido creciendo. Y forjaron una identidad propia que va de la mano con un orgullo a veces exacerbado.
Los Tres y una obra maestra
Bajo la dirección del destacado productor Mario Breuer, «La Espada & la Pared» se grabó y produjo en Buenos Aires, Argentina. Y supuso la consolidación de un sonido para Los Tres. El tercer trabajo en estudio del cuarteto será la que marque el sello de una banda que había llegado a Santiago a principios de esa década a remover la escena con un sonido muy pocas veces trabajado y que tenía que ver con el rockabilly, el blues y rock and roll.
Álvaro Henriquez aseguraría que la pelea con el productor argentino fue total en pos de llegar al sonido que ellos andaban buscando y no el que pretendía el sello. «La Espada & la Pared» se convirtió la marca indeleble de una banda que sería parte del renacimiento del rock chileno en los años 90. Singles como «Déjate Caer», «Tírate», «Hojas de té» y la que le da nombre al álbum son parte de la banda sonora de toda una generación.
«La Espada & la Pared» de Los Tres es no solo uno de los mejores discos del rock chileno, sino también uno de los puntos altos en la historia del rock en toda su historia. De esta forma, y a 30 años de su lanzamiento, se mantiene como un verdadero ejemplo a la hora de hablar de una obra maestra en la música de este lado del mundo.
