
Siempre da curiosidad ver el siguiente paso de alguien que ha ganado un premio Óscar y que, en general, arrasó con los galardones de la temporada previa al año en curso. Y lo que hizo Cillian Murphy tras llevárselo todo por «Oppenheimer» responde a seguir el curso que su carrera ha tenido desde siempre, con énfasis en el cine de autor. Y es lo que nos propone el relato de «Small Things Like These».
Desde el comienzo, la cinta, el director Tim Mielants nos lleva a la Irlanda de 1985. El frío de invierno y la dura atmósfera social sirven de telón de fondo para una historia que emociona. Bill Furlong “Cillian Murphy) es un comerciante de carbón cuya vida se sacude al descubrir los oscuros secretos de las lavanderías de las Magdalenas. Estas las dirige la Iglesia Católica y, en ellas, someten a mujeres jóvenes a trabajos forzados y abusos.
Por supuesto, la actuación de Murphy acá es magistral. Con una sutileza impresionante, refleja el conflicto interno de un hombre atrapado entre la lealtad a su comunidad y la necesidad moral de enfrentar las injusticias que presencia. Esta actuación ha sido aclamada por la crítica. Lo que consolida aún más su reputación como uno de los actores más versátiles de su generación.
Basado en la novela de Claire Keegan, el guion de Enda Walsh se desarrolla con una delicadeza que permite que la tensión crezca de manera orgánica. Así, refleja a una sociedad que prefiere mirar hacia otro lado ante las atrocidades cometidas en su seno. La fotografía de Frank van den Eeden refuerza el relato. Con una paleta de colores fríos y encuadres íntimos, nos sumerge en la melancolía y el aislamiento del protagonista.
Finalmente, y a través de una narrativa íntima y actuaciones destacadas, «Small Things Like These» aroja luz sobre un capítulo oscuro de la historia irlandesa. Es una invitación a la reflexión sobre la moralidad, la valentía y la importancia de las pequeñas acciones en la lucha contra las injusticias sistémicas.
«Small Things Like These» está en cartelera en cines de Chile.