Ya vimos cómo en 1974 un comité cívico-militar decidió borrar de un plumazo la historia y rebautizó al viejo Lister Rossel como Deportes Linares. ¿Su argumento? A juicio de las fuerzas vivas de la comunidad, el nombre del querido médico pediatra “no interpretaba bien a la ciudad y sus departamentos”.
¿Qué diablos eran las fuerzas vivas en el Chile de la dictadura militar? En general se trataba de uniformados, centros de madres, cámaras de comercio, curas párrocos, clubes de leones y rotarios… Y también, claro, instituciones deportivas en cuyas testeras se había instalado a la fuerza a grises mandos medios castrenses.
Durante esos lúgubres años, la política de la Asociación Central de Fútbol (ACF) era que los clubes debían representar “de manera adecuada” a sus provincias e impulsó desabridos nombres de ese estilo por todo Chile. Otros ejemplos fueron Curicó Unido (ex Bádminton de Curicó) y Malleco Unido.
Volvamos a la cancha. Los linarenses, fieles a su tradición, se mantuvieron en Segunda como un club de la medianía de la tabla. En la foto de arriba se aprecia a los albirrojos en 1975; abajo, un año después, antes de perder 4 a 0 contra Magallanes en Santiago. Para quienes se quejan por la actual volatilidad de los planteles, cabe señalar que entre ambas imágenes no se repite ningún jugador. Ni uno solo.
Los años pasaron lánguidamente y Linares nunca estaría realmente cerca de subir a Primera. Finalmente, en 1991 bajó a Tercera División junto a Cobreandino, Lozapenco y Ovalle, luego de 30 años ininterrumpidos en el Ascenso (!). No existe otro equipo en Chile que haya pasado tanto tiempo seguido en Segunda.
Auspiciada por empresas frutícolas de la zona, la institución cambió entonces su nombre al exótico Frutilinares, denominación que apenas duraría dos años y no le traería mayor suerte. En 1994 el “Depo” recuperó su nombre para retornar a Segunda, donde permanecería hasta el 2001.
Como si los cambios de nombre no fueran ya suficientes, el 2006 la entidad fue re-rebautizada como Club Deportivo Linares Unido, engrosando innecesariamente el listado de equipos «unidos» que pueblan nuestra geografía. En 2010 primó la cordura y el club recuperó el nombre de Deportes Linares, hoy animador habitual de la Segunda División profesional.
Fotos: José Carvajal y Leopoldo Canales, Revista Estadio.