Torneo Segunda División (2 de octubre de 1971)
Estadio Universidad Técnica del Estado
De manera bien poco amistosa, en 1969 se revocó la fusión entre Ferroviarios y Bádminton. Así nació el Bádminton de Curicó -en la foto- uno de los experimentos menos conocidos de la historia del fútbol profesional chileno.
Recapitulemos un poco. El viejo Santiago Bádminton se había unido a Ferro en 1951 no por un genuino afecto entre ambas instituciones: tras acabar por tercera vez como colistas de Primera, los negriamarillos debían descender a la División de Honor Amateur (DIVHA). En la práctica era una condena a muerte, como le había ocurrido en 1948 a Santiago National.
A Unión Ferrovaria, representante del entonces poderoso sindicato ferrocarrilero capitalino y multicampeona de la DIVHA, le tocaba reemplazar a los badmintinos. Para no irse a los potreros, los dirigentes del Bádminton propusieron la fusión, que contó con la salomónica venia de la Asociación central de Fútbol (ACF). Tras amargas quejas de los ferroviarios, nacía así Ferrobádminton, el club con el nombre más exótico que haya pasado por el fútbol local (y cuya historia revisaremos en otra ocasión).
Desaparecido Ferrobádminton a fines del ‘69, cada mitad siguió sendas tortuosas en Segunda. Ferroviarios recuperó su uniforme azul original y se quedó en su estadio San Eugenio. Tentados desde Curicó, los aurinegros del Bádminton habían propiciado el divorcio y emprendieron el mismo rumbo que otras instituciones pequeñas de Santiago, como Green Cross o Iberia: la mudanza a provincia.
Así, el 20 de febrero de 1970 nacía el Bádminton de Curicó, último estertor de una de las ocho escuadras fundadoras del fútbol chileno (nacida en 1912, conocida popularmente como “El Rodillo” y entre cuyos adeptos se contaban Leonel Sánchez y Carlos Caszely).
La ciudad de las tortas ansiaba el retorno del fútbol profesional, ausente desde el descenso en 1966 del Luis Cruz Martínez. El Bádminton se afilió a la Asociación de Curicó en marzo del ’70 y semanas después debutó en el torneo de Segunda División. Su expedición fue mediocre y se salvó por los pelos de caer en la liguilla de descenso (que condenó a otro club hoy extinto, el Municipal); al año siguiente “el Rodillo curicano” terminaría último y forzado a jugar en ligas amateurs de la zona.
En 1972 sus dirigentes intentaron repostular a Segunda; la ACF, sin embargo, optó por Aviación. Y en 1973, azuzados por instructivos oficiales, los curicanos decidieron que el nombre del club no representaba bien a la provincia, disolvieron la entidad y ocupando su franquicia crearon una nueva entidad con el obvio nombre de Curicó Unido. Así acabó la historia del Bádminton, sus colores y 60 años de tradición.
En la foto, tomada en el estadio de la UTE, se observa a los jugadores Quintero y Orrego, integrantes del último plantel con el que el recordado Bádminton jugó en el fútbol rentado.
Foto: Togo Blaise, archivo revista Gol y Gol.